lunes, 11 de noviembre de 2013

Jóvenes gays en Lima

Carlos Poncedeleón Pandolfi es un médico activista de epicentro de 37 años, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad San Martín de Porras. Actualmente trabaja en Rimac Seguros y, desde Epicentro - Barranco, nos brindó algunos minutos para conversar sobre ciertos temas de la vida homosexual en Lima.
Hoy en día los jóvenes están más seguros de su orientación e identidad de género; entre los 10 y 15 años ya saben lo que quieren ser, saben cuáles son sus derechos y pelean por ellos, tienen mucho acceso a información, apoyo de sus padres y amigos en donde apoyarse. Para contrarrestar a la sociedad cerrada limeña se han creado espacios como centros comunitarios, lugares de recreación o inclusive conversando con sus padres o amigos heterosexuales. Muy aparte de los lugares mencionados, socializan en sus centros de estudios, en eventos públicos, nacionales, regionales, o a través de redes sociales o medios de comunicación.
Las tendencias que muestran hoy en día en los jóvenes gays es que pueden acceder a gran cantidad de información, tienen un carácter más fuerte, saben cuáles son sus derechos y luchan por ellos. Con el tiempo esto va a ir mejorando, empoderándose más, de saber quiénes son y de qué es lo que van a hacer en esta sociedad.
Se dice que una generación tiene unos 35 años de duración. La diferencia que veo de la generación anterior con la actual es que la de ahora es menos restrictiva, con mayor acceso a información y a tolerancia, es más rápida y algo violenta mientras que la anterior era más restrictiva, menos acceso a la información. Pienso que cada etapa tiene sus pro y sus contras, y lo mejor es tomar lo mejor de cada etapa y aquellas debilidades volverlas fortalezas.
La discriminación se está haciendo notar y a su vez los gays de ahora se hacen más visibles, y la reacción de la sociedad va a ser más notoria. Por costumbres, esta sociedad querrá excluirlos; para esto aquellos que hayan decidido dar el paso de salir del closet debe empoderarse y saber (y estar seguros) cuál es su identidad, su orientación, y si se sienten bien con la decisión tomada. Esta dificultad puede ser algo transitorio para empoderarse, saber cuáles son sus derechos, salir adelante, luchar, y en un futuro, quién sabe, de ocupar cargos de alto rango, demostrando que ser gay no es algo negativo ni una enfermedad, que puede contribuir con el desarrollo de la sociedad, demostrando que es tan buen ciudadano como un heterosexual


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